Siempre es divertido jugar con la exposición larga a la noche. El truco es mantener la cámara fija en el estómago... y no respirar por cuatro o cinco segundos. Lo más increíble de esta foto es la cruz verde de la farmacia, que no estaba enfrente sino en la misma vereda desde donde yo sacaba la foto: se reflejó en una de las ventanillas del colectivo.
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La pared lumínica
Del martes, 9 de noviembre de 2010
Siempre es divertido jugar con la exposición larga a la noche. El truco es mantener la cámara fija en el estómago... y no respirar por cuatro o cinco segundos. Lo más increíble de esta foto es la cruz verde de la farmacia, que no estaba enfrente sino en la misma vereda desde donde yo sacaba la foto: se reflejó en una de las ventanillas del colectivo.
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El cielo allá atrás (III)
Del domingo, 23 de agosto de 2009
Mientras esperaba que una de las miles de palomas que andan por esos árboles cruzara justo por donde yo quería, aparecieron dos aviones a chorro. Me fascinan esos aviones.
El cielo allá atrás (II)
Digamos que es parte de una serie. El tronco quebrado por la sobreexposición y la palomita ahí, chiquitita, levantando vuelo.(¿Hace falta aclarar que esperé como diez minutos con el dedito "así" a que una maldita paloma pasara por ahí?)
El cielo allá atrás (I)
Bien reventada, con el zoom digital al palo, aunque se hiciera pomada. Esa era la idea. Me parece que ganó una estética un tanto rara, a mí me gusta. Y me encantan todas esas ramas saliendo del sol tapado por las nubes, todo sobreexpuesto.
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. Es decir, sólo caben doscientas imágenes.
